La vida cristiana está dictada por quién es Jesús. En Lucas 9 las Escrituras nos muestran que Jesús es nuestro Proveedor Abundante, Siervo Sufriente, y Rey Glorioso. Vale la pena vivir la vida cristiana porque Jesús es quien dice ser. Sólo Jesús puede satisfacernos, sólo Jesús puede hacer que nuestra vida merezca la pena, y el regreso de Jesús garantiza que seguirle es la elección correcta.