En el Apocalipsis se nos da una visión de lo que está por venir. Mientras que el final de los tiempos incluye un tiempo de aflicción, juicio e ira, no hay necesidad de temer para aquellos que están en Cristo. Tenemos una esperanza que es segura y eterna, y se nos promete una reconciliación en la que todo se arreglará y será completo. Tenemos mucho de qué alegrarnos. Seremos testigos del cumplimiento de una promesa hecha hace mucho tiempo, y tendremos la oportunidad de celebrar la obra terminada de Jesús en su presencia ante su trono.